Y tú, ¿por qué estás aquí?

Bueno, para presentarme, soy Sheila, Ingeniera Mecánica. En mi familia somos 5 personas y un perro, y son lo más preciado que tengo.

Y para explicar cómo he llegado aquí, todo empieza en la ESO, te pasas cuatro años escuchando que bachillerato es muy difícil y que hay que prepararse para lo que viene, que hay que sacar buena nota en selectividad para "ser alguien en la vida".

Llega bachillerato: selectividad, selectividad y más selectividad. Ni tiempo para decidir qué quieres estudiar. Y te decides. Sin apenas información y decantándote por lo que más te motiva en esos momentos, en mi caso,  matemáticas, química y dibujo eran las asignaturas que más captaban mi atención. Entonces llega un profesor que te comenta que en ingeniería se tocan los tres palos, y entonces parece que has encontrado tu carrera. 

Por fin, decisión tomada, una cosa menos. 

Empiezas la carrera, asignaturas que se complican pero que con esfuerzo van saliendo, te plantean el ser ingeniero desde una perspectiva, que luego te das cuenta que no es real, desde la cual te motivan para seguir esforzándote y así seguir aprobando las asignaturas. Parece que has elegido bien tu carrera porque realmente te gusta lo que estudias. 

Llega la asignatura de prácticas que coges con ilusión, que se desmorona rápidamente. Mala suerte, piensas. Aun así, consigues terminar la carrera en el tiempo previsto para ello, cosa que no suele ser muy habitual.

Después de más prácticas y algo de trabajo, golpe de realidad, ser ingeniero no era como contaban, no encajas. 

Y bien, el famoso ¿y ahora qué?. 

Es entonces cuando te das cuenta que la única vía de escape que encuentras son las clases particulares con tus niños. Y llega un amigo que te dice, ¿ y por qué no lo conviertes en algo profesional? Y te hace pensar, no me lo había planteado así, pero, ¿por qué no?.